martes, 5 de febrero de 2013

Duda


Duda

Estaba una pareja en el cinema
gozando de una tierna producción
cuando de pronto con su vozarrón
pregunta el caballero a la fémina,
con mucha delicadeza y muy buen tino.
si de cerca veía a su vecinos.

Le increpa curioso por la gente
que detrás pudiera haber sentada
y la novia le responde: “no, amor, nada
ni nadie a nuestros asientos es cercano.
Se yergue, entonces, señalando con su mano,
el caballero a su fétida enamorada
y le dice: “¡Mi amor, tú, o estás  defecada
o tienes una pequeña fuga por el ano!”

La chica le contesta, sonriendo desenfadada:
“¡Ay, papi es un peíto que he querido
compartir en este momento contigo!
¡No sé de qué te espantas, si no huele a nada!”

Mi´jita, si no hueles este pichón de cagada
–contesta bravo el tipo, con mucha repugnancia-
no quiero ni pensarte sentada allá el trono
si aquí de vomitar casi no aguanto las ansias
y como era motorizado se calzó su casco
recorriendo la sala y bufando con encono
para huir de su chica y dejarla allí plantada.
A veces la confianza, el amor y las caricias
la gente las confunde con derecho de inmundicia
olvidando las más elementales normas
hasta que se les llega, del zapato, la horma
y se quedan como ventilador  sobre un escaparate
o, lo que es mejor decir, ¡sin chivo y sin mecate!