sábado, 13 de abril de 2013

Amiga


Amiga


La que te escucha,
te apoya y te acompaña, a pesar de la distancia.

Esa, la que extrañas cuando se ausenta
y a quien abrazas con una mirada
para decirle: “todo estará bien”.

La que ríe de tus chistes malos,
te aconseja aunque no sigas sus recomendaciones
y te acompaña a llorar tus derrotas.

Quien te dice “no desmayes, creo en ti”
para que te atrevas a seguir adelante,
quien ante el dolor ríe y te dice “aguante”.
La que, viéndote llorar, te respeta y admira,
aún a sabiendas de que mucha de esa fortaleza emana de su abrazo, de su presencia.

Comprensión certera de tus frases locas, refugio silente
de poemas compartidos, narradora ferviente y fiel
de “chismes” incontables que sólo ella sabe relatar con entusiasmo.
Ésa, la que se come tu helado
o sorbe de tu café, se roba la guinda de tu postre
y pone cara de “yo no fui”, con una sonrisa de “no lo hago más”.

Saludo lejano, compañía afable en la enfermedad,
recuerdo en la salud, carcajada oportuna en la tristeza.

Abrazo fuerte aunque te resistas, contacto cercano
con la hermandad no consanguínea…  ¡Amiga!

Down

Down



Llego del médico y me consigo una oleada de vestiduras rasgadas porque un candidato hizo alusión a niños con Síndrome de Down llamándolos "mongólicos"... me impacto (y me río, no lo voy a negar), mucha gente aún desconoce la nueva terminología con que se hace referencia a las discapacidades actualmente... se me hace raro en una época como la actual, en la que el gobierno que llevó adelante múltiples iniciativas para la inclusión de las personas con discapacidad y niños con necesidades especiales... dudo... investigo... no hallo el video, no veo la fuente... ¿cómo hago para odiarlo por decir estoooo si no puedo hallar la fuenteee? Mientras, buscando aquí y allá, constato de fuente primaria que hay muchísima gente que necesita leer, documentarse y ser más discretos: hay quien dice que es síndrome de daos (debe ser una variante que, en mi ignorancia, desconozco), otra persona (¿o la misma?, ¡no recuerdo!) afirma, enardecida, que el término correcto es "incapacitado" (¡Ave, María Purísima!)... Mi fuero interno pide que esta señora no defienda a nadie más... prefiero la primera acepción (me reservo mis razones, por lo largo de la explicación, pero puedo argumentarla cuando queráis)... sigo buscando ¡y nada!... Maestras enardecidas piden la pira para Maduro, quiero ser yo quien lleve la tea pero, ¡pruebas en mano!... Otra maestra usa peyorativamente el término supuestamente inmencionable por un candidato presidencial (¡peero ella sí puedeee! ¿patente de corso?)... Siguen las vestiduras rasgadas por parte de jóvenes y adultos ¡y yo que en mala hora dije que no oiría a ninguno, jum, estoy brava conmigo misma!... hasta que ¡oh, mira mí misma, lo encontramos!: ¡Aaaah fue Capriles!... ¡'chacho, pero qué locura!... cito: “Por cierto el candidato oficial dijo que iba a construir muchas escuelas para mongólicos, que desconocimiento tan grande, que irrespeto, y esa es una grosería además y hay que rechazarla”... ante la referencia al otro candidato, sigo buscando y nada encuentro... ¡tiene que haber sido a esto que se referían! Pues sí, mal hecho por usar de esa manera la acepción... me preparo para odiarlo con todas mis fuerzas por la afrenta... Pero no, mejor me voy a ver que como, pues ando en ayunas y no quiero desayunar odio. ¡Que ese plato se lo coman otros, yo decido cómo reaccionar ante este amarillismo irracional y superfluo! ¡Besines! ;) :*

Leonor


Leonor
A Doña Leo de Gabelo


Leonor, madre, entrega, olvido…
mirada triste,
abrazo agradecido.
Leonor es recuerdo
de un tiempo vivido
que otros recuerdan
¡para ella perdido!

Es abrazo tierno
y candoroso al hijo;
es franca sonrisa
en un día domingo,
¡es lágrima abierta al saber que ha partido!

Y es respirar hondo,
con todo el cariño
por buenos recuerdos
de tiempos compartidos
y alegría inmensa
al recordar sus mimos.

¿Es Leonor hoy día
un ángel divino?
No lo sé, mas creo,
desde mi cariño,
que es suspiro tierno
porque ha descansado
es tristeza grande
porque se ha marchado
es herida abierta,
corazón vacío
y es un gozo suave,
que es consuelo mío
de saberla cerca, cerca del Altísimo.

¡Triste, pero esperanzada!


¡Triste, pero esperanzada!
De Osiris Bocaney, el viernes, 8 de marzo de 2013 a la(s) 10:04 ·

Hoy leía las líneas escritas por César Miguel Rondón en su artículo "La hora que nos toca". Me sorprendió favorablemente leer algo muy similar a mi propia vivencia del día 05 de marzo de 2013... ¡y sentí paz! Sin embargo -vaya con ese morbo o curiosidad que me hizo seguir "bajando" en la citada página-, luego de la paz vino una inmensa rabia e impotencia al leer los comentarios de personas que, en lugar de apreciar y agradecer la belleza del gesto y la invitación implícita en aquel escrito, se dedicaron a insultarse unos a otros.Allí me di cuenta de que, lamentable y muy ciertamente, están cegados por unas ganas de insultar y agredir al otro que no tiene color político. No, no se puede decir que los agresivos son los chavistas u opositores, pues allí vi -una vez más- que no se trata de eso: se trata de gente que -sea del bando que sea- ha perdido su vinculación con la mínima decencia y respeto por la dignidad humana, por su propia dignidad, que debería impulsarle a respetarse a sí mismos y evitar proferir insultos y agresiones. Había gente que alegaba que su familia se había dividido "por culpa" de unos o de otros, pero allí pude ver que no, que los causantes de su división familiar son ellos -repito, unos y otros- con su ejercicio de irrespeto e intolerancia ante las diferencias que nos caracterizan por ser humanos. Aplaudo el contenido, el mensaje y la invitación de Rondón en sus líneas, pero no acepto el resto de lo que leí, bajo la premisa de lo que siempre le digo a mis "pollos": para pelear hacen falta dos... a lo mejor aparece el primero, con que yo decida no ser la segunda en discordia, ¡gano y venzo! Y no lo acepto, no desde la moralina y la crítica a ojos cerrados; no lo acepto porque he vivido esa diversidad en mi familia y -gracias a Dios- hasta el sol de hoy no ha nacido un Chávez, un Capriles, ni un nadie que logre separar ese maravilloso vínculo familiar, el respeto y el afecto que nuestra madre y nuestra abuela nos regalaron en vida y que nos han permitido coincidir y diferir en muchos momentos sin tener que llegar a odiarnos o separarnos. Además, siempre he dicho que un hombre no es el pueblo, el pueblo decide qué quiere ser, uno a uno, persona a persona; entonces, malmente podemos decir que una persona sola determine lo que decides ser... ese determinismo no me convence, hoy menos que nunca. Prefiero apostar por la suma de múltilples decisiones personales que, coincida o no yo con ellas, debo aprender a tolerar y convivir con ellas por sanidad.

No lo acepto porque, en mi dignidad de persona, DECIDO respetar a mis semejantes; no lo acepto, porque conozco y respeto a gente maravillosa que se hace llamar oposición o que se hace llamar chavista... Yo no los conocí, amé o respeté bajo ese signo, sino bajo el signo de SER PERSONAS... personas maravillosas, creativas, inteligentes, solidarias y afectuosas. ¡Con eso me quedo, en la certeza de que algún día reconoceremos que, en esencia, somos hermanos en ese Padre-Madre maravilloso que nos dio el ser y compañeros de vida para la construcción de un mundo mejor, desde la posición política, religiosa, ideológica -o como quieran llamarla- que profesemos, siempre y cuando busquemos el bien común! Un abrazo para ti, que me lees... pero, permíteme que te abrace desnudo, desnuda, en la confianza de que abrazo a la persona que eres y no a la camisa que hoy decidiste ponerte. ¡Que Dios te bendiga!

Poema para mi madre


Poema para mi madre

Hoy la historia nos anocheció la sonrisa
y el manantial de tus ojos
me ha inundado la conciencia,
¡me ha inundado la esperanza!

Te derramaste ante mí
con dolor inenarrable
y me quebré de impotencia
con tu llanto inconsolable.

Y quise ser consuelo, amiga, hija,
compañera solidaria
pero me desarmó tu tristeza
y me paralizó tu abrazo.

Te pedí que respiraras
mientras yo me ahogaba en llanto
y te admiré, más que nunca,
en tu naturaleza humana.

Bendito sea tu dolor,
¡benditas sean esas lágrimas!
que hoy me hacen despertar
y salir de esta crisálida.

Hoy despierto ya a la vida
tú me has hecho más humana
hoy siento que aún más me obligo
a luchar por el mañana.

Yo no puedo consolarte,
madre, amiga, patria, hermana…
pero tu dolor me duele
y mi corazón desgarra.

Yo no puedo consolarte,
creo que –más que tú- ¡soy tan blanda!
que temo resquebrajarme
si apenas mi voz te habla.

Brindo por que en el futuro,
nuestras distancias no valgan
que valga aún más la hermandad
de nacer en esta patria
y que juntas, como siempre
luchemos en esta tierra ancha
por tus hijos, por los míos,
¡por toda esta tierra vasta!
no con armas, con ideas,
con poemas y palabras.

Hoy te abrazo y regalo
mi corazón y mi alma
y te entrego, ¿por qué no?
mi dos manos solidarias
para estrecharte muy fuerte
y para secar tus lágrimas.

Te regalo, con mis versos,
la esperanza de un mañana
con miles de corazones
y de manos hermanadas.
Por caridad, ¡ya no llores!
¿no ves que me resquebrajas?
Ve tranquila, lleva flores
al que yace en su mortaja
mas no olvides tu legado
de hacer una mejor patria.

Ya no llores, madrecita,
grita ¡que viva la patria!
y sigamos por la vida
en esta lucha callada
por un mundo más humano
por una patria más sana.

Te me vas quedando dentro


Te me vas quedando dentro
Homenaje al Adorado tormento
y a la querida María Teresa de H.

Me quedo con tus besos moradores de mis labios
y tus caricias tiernas atadas a mi piel,
es que te llevo plantado en el alma
y en el cuerpo
me floreces cada aurora
y cada atardecer;
tu voz es cascada que riega 
cada recuerdo sagrado
cada idea que me has legado
y pervives en mi ser.
No te has ido pues me habitas,
en tu olor, en tus ideas, 
en los frutos del amor
que en vida me regalaste.
No te fuiste, pues me habitas,
y me impulsas adelante
tu presencia me recorre,
me acompaña a cada instante
y soy tuya
y eres mío
y nos amamos más allá 
de esta distancia tan grande
tan difícil de zanjar
Te me vas quedando dentro
cada día y junto a mí
te llevo, amor, y te siento
en cada diario vivir.

Amargo # 1


Amargo # 1

Y, de repente, 
en esta inmensa soledad 
de sentirme acompañada 
descubro que no soy toda bondad como creía. 

Y me gusta, aunque me duela, 
la imperfecta humanidad 
que me permite odiar hasta el dolor 
el maltrato de tu presencia en mi vida. 

Y respiro el pecado 
con el agrado de quien se sabe condenada 
a una vida de miserias a tu lado,
muriendo lentamente en cada sonrisa tuya.

La vieja Patuca


La vieja Patuca

La viejita Patuca
un huevo batió
y, como en la picuda
nariz le cayó
un vómito fuerte
y ranció la ahogó.

La pobre viejita
con el gran esfuerzo
sintió que la orina
se le derramba
y corrió muy pronta
a mear en una esquina
del jardín de casa
entre los mastuerzos.

Triste y compungida
por esa fregada
la viejita Paty
está decepcionada
pues ya ni del baño
la puerta recuerda
y dice que los años
son una gran mierda.

No hay quien le critique
el lenguaje “altura”
pues eso cualquiera
que lo verifique
es propio de gentes
arte y figuras
grandes y brillantes
de la literatura.

Y aquel que la quiera
y sienta admiración
por esta viejita
que es un vacilón
que le de “me gusta”
a sus poemas limpios,
prístinos y bellos
y a sus frases guarras
-que hoy tanto le asustan-
¡porque forman parte
de la diversión
de explorar el arte
en toda su extensión!

Eulalio


Eulalio

Conocí a un hombre. O lo que creí que lo era (con el tiempo pude notar que apenas era la sombra de uno). Siempre me movió a risa su necesidad de destacar el título profesional que ostentaba; en la oficina a todos –sin excepción- nos abordaban la risa y la lástima al ver aquella constante demostración pública de necesidad de reconocimiento no vinculado a su persona sino a un papel, al título de una profesión que, dicho sea de paso, no ejercía ni de oficio. Por esta razón se hacía difícil comprender esa dicotomía entre el “soy tal cosa” y el “mírenme como no ejerzo la tal cosa que soy”. Al tiempo lo entendí: la persona que era Eulalio tan poco tenía para ofrecer, que se postulaba en todo espacio público y privado, ostentando el título que había logrado no por puro mérito propio, sino por “recostarse” oportunamente de una amiga que “lo graduó”. Un buen día se descubrió por completo su pusilanimidad y capacidad rastrera. Justo en esa fecha pude agradecer con absoluto convencimiento el hecho de que se jactara tanto de su profesión –la que sólo le servía como tema de conversación en reuniones de equipo, pero muy poco para su ejercicio profesional- , pues pude ver cuán distante estaba de llamarse docente y cuán a salvo estaba yo de llamarlo ¡colega!... ¡Toda una bendición!

Vuelo sobrenatural


Vuelo sobrenatural

Julián recibió el día con mucho entusiasmo. De repente sintió que podía alcanzar el cielo y se dijo que así sería… ¡hoy el cielo era el límite!

Su entusiasmo era admirable y todos lo veían con una mezcla de miedo, curiosidad y asombro cuando tomó un súbito impulso y se empinó, con todas sus fuerzas, para lograr su objetivo. 

¡Fue un salto perfecto!: en un momento sintió cómo el aire tocaba su piel; lo embargó un extraño ahogo y una sensación de libertad y tristeza que nunca antes había sentido. En la pecera aún se habla de Julián, el pez dorado que voló en una fría mañana de enero, fuera del pequeño estanque. Ninguno –excepto Lucy, la vieja y taciturna tortuguita- vio su agonía de media hora, al pie del alto mueble donde se asienta aquel mundillo acuático. Y Lucy adora las leyendas.

Un día especial


Un día especial


La mañana del siete de enero prometía un día diferente. Así pensó Leticia al preparar su vuelo matinal. Y, de hecho, así fue, pero no como ella lo habría soñado: al salir, se topó con un señor bastante malhumorado que de un manotón la hizo ir a dar contra una ventana. De camino a su trabajo, en el basurero local, no dejaba de pensar que su día sería diferente, podía sentirlo de tal manera que todos su vellos se erizaban de sólo volver a asomar la idea. Ya en el trabajo, afanosa como era, se dedicó como ninguna otra a seleccionar los mejores montones de basura; era toda una experta y siempre lo había demostrado, así que hoy no sería la excepción. 


Ya al final de la jornada, en la tarde, luego de un descuido involuntario, tropezó de frente con un rociador áereo de insecticida. Luego del sopor y el mareo inicial, siguió su trabajo con ahínco, era muy resistente y un simple olor fuerte no iba a detener su vuelo; además, ya estaba por terminar su turno y pronto se reuniría con sus compañeras en el callejón sin luz. Le prometieron un festín y ella no se lo perdería por nada del mundo. Culminadas sus labores, Leticia –entusiasmada y contenta- decidió tomar un atajo en el camino a su fiesta nocturna. Estaba un poco cansada y con algo de mareo. Debía ser por el insecticida que inhaló, ¡cosa rara!, porque no solían afectarla mucho los químicos y ya estaba bastante acostumbrada a ellos. No voló por las rutas normales, quería evitar el tráfico y las corrientes súbitas de aquella noche fría. Volvió a sentirse cansada y decidió acortar aún más el camino, atravesando por una casa. De pronto, le falló la respiración y un ligero mareo la hizo tambalearse; se sintió desorientada cuando de pronto una joven apagó las luces. Dio varias vueltas buscando ubicarse nuevamente, se recostó por unos instantes de una gran pantalla iluminada y trató de continuar cuando, de pronto, sintió un impacto avasallante. Y ya no pudo levantarse para continuar. Leticia intentó moverse con las pocas fuerzas que le quedaban pero, al voltear para ver por qué su cuerpo no respondía, alcanzó a ver parte sus entrañas esparcidas a poca distancia. ¡Sí, al fin éste sí era un día especial, no se había equivocado aquella mosca tan perspicaz! Era el día para morir a medianoche, de un manotazo involuntario, en la brillante pantalla de una minilaptop, a escasos metros de su destino!

No hubo funeral, nadie se enteró de su muerte sino hasta días después, cuando sus compañeras consiguieron su cuerpo desmembrado en una bolsa en el basurero… ¡Y fue todo un festín para sus amigas!

Zapatos de mi conciencia


Zapatos de mi conciencia

Raídos en mil caminos,
zapatos de mi conciencia
de las ideas peregrinos
compañeros de existencia

Ya su piel no tiene aguante
hoy me dejan: desolada,
caminando entre la nada,
debo seguir adelante.

Sin conciencia, el recorrido
es agreste y escabroso,
sin ella el haber vivido
se hace un trayecto infructuoso.

Los dejé en la lontananza
queriendo seguir mi vida
divagué sola y perdida
y extrañé con añoranza

Lustrosos, para mí prestos,
volvieron a mi presencia
zapatos de mi conciencia,
¡adiós albures funestos!

Carta con perorata de una maestra


Carta con perorata de una maestra

Amigo ni-ni, chavista u opositor: si ya a estas alturas tienes tu decisión tomada, ¿qué te hace pensar que los demás no la tenemos? ¿Qué te hace creer que insultando a tu oponente vas a atraer los votos de sus copartidarios? ¡Un poco de inteligencia nos vendría bien a todos! Inteligencia estratégica, para que sepamos que, luego del 14 de abril seguiremos vinculándonos con “la basura ésa” que va a votar por el oponente; inteligencia táctica, para saber que es más profundo un análisis del proyecto presentado por cada aspirante a la presidencia, que el que hasta ahora hemos hecho de lo que deciden –para su conveniencia- resaltar los medios (cuyo sesgo de uno u otro lado es totalmente evidente). No es igual juzgar los “lapsus mentis” o “lapsus lingüis” de los candidatos (que TODOS los han tenido), que analizar en profundidad sus propuestas, porque en todo caso, no es a la persona a la que se sigue, sino a las ideas que propone; como seres humanos, siempre cometerán errores, ¡siempre!, y estamos llamados a no ser tan superficiales que nuestro análisis político se circunscriba a una gorra, una combinación de colores, a si está flaco o toca bien el tambor, o una frasecita que el medio de comunicación decide destacar según sus intereses. Creo –desde la convicción por el conocimiento, no desde la suposición- que todos tenemos la inteligencia lingüística y lógico – matemática como para esa revisión, desde la realidad y la factibilidad, no desde las emociones.   Otra de las dosis de inteligencia que necesitamos es la de inteligencia emocional, para poder regular nuestras emociones y que éstas no se conviertan en un elemento contaminante de nuestras relaciones cotidianas. Sí existe libre albedrío y libertad, pero recuerda que tus derechos –ni los de ningún otro ciudadano- están por encima de los míos o de los de tu vecino, sea de la tolda política que sea. Últimamente hemos desarrollado la creencia de que, porque hay libertad, podemos insultar a diestra y siniestra… ¡no, no, no, no, no! La libertad es un concepto integral y profundo que implica también responsabilidad, respeto, valoración de la dignidad –propia y de los otros- ¡y trascendencia! Así que no vengamos con cuentos en nombre de la libertad. Ella no nos da permiso para las generalizaciones, ni para la tan poco asertiva conducta de tirar puntas a diestra y siniestra… ¡ah, las generalizaciones!, esas, las que han alejado a nuestras familias porque “todos los chavistas son tierrúos”, “los opositores ladrones” o “este país –con todo lo que este concepto implica- es una mierda”… ¡las generalizaciones!, tan útiles para la aplicación de una ley o teoría y tan inútiles o banales que las hemos vuelto por su uso intencionado para insultar y destruir a quien se nos opone en las ideas. ¡Y tan maravillosas las ideas!, que deberían unirnos -en el respeto y la tolerancia- como personas, aunque nos distancien como personas. ¡Las ideas!, ésas que nos han dado tantos años de avances en muchos ámbitos y que hoy parecen moribundas en algún rincón, subyugadas por la inmediatez y el efectismo tecnológico…  

¡Creo que me perdí en ensoñaciones, pero tranquilos, ya piso tierra nuevamente!  

Si a estas alturas te preguntas si soy apolítica, permíteme que te diga que no, no lo soy. Lo que no soy es fanática. Creo en la política que se hace en el día a día, en la política del ciudadano responsable y del que es congruente en acciones y valores, tanto si lo ven, como si no; tanto si hay campaña electoral, como si no; tanto si hay visita, como si está solo en casa. Creo profunda y totalmente en la educación como acto político que forma ciudadanos críticos, responsables y participativos… es, a lo mejor, una política muy purista y utópica (¡una aberración!, dirán algunos), pero es en la que creo; no en la de las gorras, las consignas, las camisas “quita y pon a conveniencia”, ni los insultos o desprestigio del contendor… ¡porque eso NO ES POLÍTICA!, es un ejercicio de agresión que nos envilece y nos aleja como pueblo, como personas. Y creo que mucho me he partido el lomo yo, para contribuir en la formación de GENTE HERMOSA –por sus saberes, acciones y sentires, no por su apariencia física-, digna y decente, como para avalar una serie de actitudes que desdicen de una actividad que hago con todo mi amor, por gusto y con convicción. Sí, ésa es mi política, pero no pretendo insultarte o señalarte si no la compartes, sólo te pido respeto para la persona maravillosa que eres y que me has permitido conocer, que no se merece tantos insultos que tú mismo profieres en tu contra, creyendo que lo haces contra otro: eres dueño total y absoluto de todo eso y bioquímicamente es a ti a quien dañas cuando te permites sentirlo… ¡sí, es tu libertad, ya lo sé!, pero yo pecaría de indolente y negligente si no compartiera esto contigo: cuando insultas, te dañas tú y deterioras el entorno, ya es hora de ser más trascendentes y menos superfluos en el hacer político, ¡en la vida misma! Analiza opciones, decide la que mejor te parezca y apóyala, si es lo que quieres, desde el respeto por la dignidad del ser humano, no desde la agresión y la acusación como recurso para convencer. Y, por sobre todas las cosas, no seas tonto/a útil de quienes desean ponernos a pelear pues, terminadas las elecciones, seguiremos siendo parte del mismo país con un objetivo común: una vida en armonía con el mayor índice de prosperidad posible. Sea cual sea el candidato que gane y sean cuales sean mis creencias o convicciones políticas, yo tendré que seguir trabajando por ello, porque un solo árbol no hace montaña; y tú, ¿qué harás?, ¿cómo recogerás toda la sarta de insultos que soltaste al viento?, ¿no trabajarás por una mejor Venezuela con aquellos a quienes insultaste? ¡Tocará hacerlo, así que no sigamos enmalezando el camino! Termino mis pensamientos con un reto: hablar, de aquí al domingo, del proyecto político de tu candidato sin mencionar atributos personales (¿recuerdas?, seguir la idea, no seguir al hombre), sin desmerecer la propuesta del otro… ¿quieres convencer? (cosa que dudo, a estas alturas, sea muy posible), ¡hazlo con argumentos, con análisis, no con insultos! Ése es mi reto, ¡proyección!, proyecta a tu candidato desde el análisis de sus propuestas, valídalas con datos, no con insultos, ¡haz gala de tus múltiples inteligencias y sé un poco más feliz!  ¡Un abrazo fuerte, desnudo, para no ver el color de tu camisa y sí la esencia de tu maravillosa persona!

Con cariño,

Yo

Versos con alegoría

Versos con alegoría

Tio Tigre, presumido
un día quiso volar
a las aves imitar
y hasta construir un nido.

Se burló Tío Tucán
junto a Tía Guacamaya
decían: “No hay tigre que haya
podido jamás volar”

Tía Culebra, en una rama
ripostó a Tía Mariposa
¡Volar un tigre, qué cosa,
primero vuela Tía Rana!

A esto terció Tía Iguana:
“¡Esto sí que es fin de mundo,
ni viendo en vuelo a Tía Rana
creo algo tan tremebundo!

Seguía la discusión
Tío Tigre estaba triste
“es que, ni comiendo alpiste,
volarás” dijo Tío Camaleón.

Harto ya de ese relajo
se retiró a su morada
entre las bromas pesadas
que grtió Tío Arrendajo.

Por eso es que lo verás
solitario, allá, en el monte
atisbando al horizonte
con sus ganas de volar

y por eso en la sabana
no hay quien corra tan veloz
pues su sueño no cambió
y entrena cada mañana

solitario espera el día
en que él pueda volar
y así poder coronar
de laurel sus fantasías

Con toda esta alegoría
reflejar ahora yo quiero
cómo cortamos los fueros
del sueño y la fantasía:
mutilamos la alegría
truncamos experimentos
porque no tienen sustento,
o la propia formación
nos pone limitación
para ver su empredimiento.

Tal vez el tigre no vuele,
¡pero es que el hombre tampoco!
y con sus inventos locos
¿acaso hoy planear no pude?

Apertura y buen talante
apoyo y un poco de empeño
para ver lo que de un sueño
sea grande o sea pequeño
puede ser en lo adelante
ésa es la actitud mejor
ante un reto novedoso
no nos hagamos graciosos
a costas de su creador.

EL PERFIL DEL DOCENTE: ¡SER APENAS OTRA ALMA HUMANA!


EL PERFIL DEL DOCENTE: ¡SER APENAS OTRA ALMA HUMANA!

por Osiris Bocaney (Notas) el Martes, 2 de abril de 2013 a la(s) 19:26

Todo tiempo pasado fue mejor, tal pareciera ser el pensamiento fijo y recurrente que acude a la mente de los docentes de aula y especialistas de Educación Especial que en los momentos actuales hacen vida en el Sistema Educativo Bolivariano.  ¿La razón?, ¡una simpleza!: la reformulación de todo lo que concierne a la especialidad antes citada, la desaparición (por fusión, traslado o simple eliminación) de unidades que, si bien es cierto no tenían una funcionalidad y efectividad del cien por ciento, servían de apoyo a la labor tan ardua de atender a la población de estudiantes con necesidades especiales de atención, promoviendo su integración en el aula y la posterior inclusión en todo cuanto conforma el sistema de convivencia escolar.  Y es que, en ese tiempo pasado, no había la posibilidad real de una atención a tiempo completo de nuestros niños y niñas con necesidades especiales de atención, pero ya se había logrado cierta articulación que, de cara a la reforma propuesta, se pierde y no tiene solución de continuidad, no sólo por lo relativamente espasmódica de la decisión, sino que al llevar a cabo la reforma que ya está en marcha se han dejado de lado ciertos elementos de carácter operativo, estructural y pedagógico que efectivamente harán muy cuesta arriba la aplicación del cambio propuesto.

Uno de los primeros bemoles que se plantean en la orquestación de este cambio lo reviste la falta de una población suficiente de especialistas que pase a suplir el rol de auxiliar en cada aula, dando soporte a la labor realizada por el docente integral o de educación inicial.  De igual forma, se puede mencionar una total falta de articulación entre los subsistemas, lo que no permite una programación pedagógica congruente y efectiva que garantice los derechos a una educación de calidad –y en la diversidad- de nuestros educandos.

Aunado a lo anterior se halla el hecho de que nuestros docentes, mejorando lo presente y sin ánimos de ofender al gremio, no cuentan con una capacitación que realmente les habilite para la planificación de actividades de integración e inclusión de nuestra población estudiantil con necesidades especiales de atención, no digamos ya la posibilidad real –por número de estudiantes y capacidad física de la infraestructura- de albergar en un mismo espacio a una diversidad de personas ya de por sí demandantes, por su grupo etario y sus necesidades de aprendizaje en circunstancias “normales”; entendiendo por “norma” lo que hasta el momento venía teniendo lugar en nuestras escuelas e instituciones de educación especial y no haciendo –para nada- referencia a las características diversas de nuestros estudiantes.
Ante el escenario anterior habrá quien alegue la tan consabida resistencia al cambio que siempre suele presentarse y que probablemente sea la excusa más simple para no prestar atención a estas observaciones.  Sin embargo, me permito señalar que una de las causas de la resistencia al cambio tiene su raíz en el desconocimiento, elemento que en la actualidad, a pesar de haberse activado algunos mecanismos para dar a conocer la propuesta de reestructuración, es un denominador común entre propios y ajenos, incluyendo entre los primeros a los propios educandos y sus familiares.  Otro punto importante de destacar es que, aparte de ese desconocimiento acerca de la forma como se operacionalizará el cambio propuesto, no se han habilitado de manera correcta los espacios de los que se dispone y se ha recurrido, como ya es costumbre en el país, a renombrar o rebautizar con siglas y demás aparatos lo que hasta ahora ha existido, en una suerte de sincretismo que no luce totalmente claro para los principales actores del sistema educativo y que aún produce no sólo dudas sino también incertidumbre.

Ante este panorama, cabe preguntarse, desde la responsabilidad personal y desde el compromiso con esta hermosa profesión: “¿Y yo, qué pito toco en todo este maremágnum?, ¿cómo me inserto en el cambio, sin ser un simple borrego, pero sin ser tampoco piedra de tranca?”… surge en este punto la necesidad de la autorrenovación del perfil profesional, de una perspectiva del enfoque del ejercicio docente totalmente holística, más integradora y menos parcelada que lo que hemos venido haciendo.  Nace, también la necesidad de redefinirnos como docentes, generando –a motu propio, de oficio y casi que ad honorem- toda una serie de nuevas competencias vinculadas a esa nueva interacción que tendrá lugar puertas adentro de nuestras aulas.  Deberemos convertirnos en el docente combativo que plantea Freyre, pero también en el docente mediador que propone Vigotsky, consciente de una realidad totalmente dialéctica pero muy poco dialógica, porque nos presenta retos y contradicciones para enfrentar en el día a día, pero muy pocas oportunidades de ser escuchados desde la posibilidad y la verdad de que somos quienes directamente llevaremos a cuesta la mayor carga de la reforma propuesta desde la punta de esa Torre de Babel que hoy se nos antoja el Ministerio del Poder Popular para la Educación.  Otro aspecto que deberá incorporarse en el perfil del docente, será la capacidad de diálogo, la necesidad de comprensión e inclusión real de la alteridad y una creatividad sin medida para sortear los bien difíciles retos que por ahora se perfilan.  Para sumar un poco más a la receta del nuevo perfil, deberemos incluir la capacidad de consenso y la actualización en materia de educación especial en cuanto concierne a las conceptualizaciones básicas, que ya de por sí son un bache en muchos de nosotros, planificación integradora e inclusiva, aprendizaje significativo –desde la significatividad de los estudiantes y no sólo del docente- y estrategias didácticas actualizadas y flexibles, toda vez que permitan su adaptación a la gran diversidad funcional y cognitiva que se nos ha de poner en el horizonte de logros por obtener.

De cara a lo anterior, surge también el reto de una actualización del docente de educación especial y un mayor reto, por cuanto deberá trabajar de manera integrada en las aulas, saliendo de lo que hasta ahora para muchos era una “parcela personal”.  De igual forma, ese enfoque amplio, consensuador y dialógico deberá ser extensivo a las familias, donde probablemente la resistencia al cambio será mayor, llegando a generar incluso altos niveles de deserción por no estar de acuerdo o no comprender las dimensiones del cambio que se les propone.  Es aquí donde entra el mayor reto para el perfil de ambos docentes: la comunicación y la empatía para –a lo mejor no creyendo por completo en la propuesta- lograr que nuestros niños y niñas se mantengan escolarizados y los índices de deserción por temor sean mínimos.  Habrá necesidad, para ello, de mucha paciencia, actitud de escucha activa y, por sobre todas las cosas, calidad humana para entender esas necesidades y, salvando las nuestras, tratar de seguir con esta labor tan humana y maravillosa como es la del docente.

Para finalizar, creo que debo cerrar diciendo que, si bien es cierto que comencé con una frase considerada para muchas personas como retrógrada, también es cierto que esa frase puede cobrar validez, dependiendo del cristal con que se mire la situación objeto de estudio y de los factores que la circundan.  La frase en sí misma puede ser inofensiva o puede asomar el riesgo que todos corremos de encerrarnos en la cápsula del tiempo pasado y por ello negarnos a atender a nuestros “pollos” dentro del corral que nos toque (perdón por la metáfora, pero es la que más me agrada para hacer referencia a nuestros estudiantes).  Dije que finalizaba, lo hago con una cita de Carl Jung que, a mi modo de ver, rebate lo retrógrado del adagio popular con el que comencé este ensayo y resume, limpiamente, las características del perfil docente de cara a esta reforma y al ejercicio mismo de cualquier profesión: “Conozca todas las teorías.  Domine todas las técnicas pero, al tocar un alma humana, sea apenas otra alma humana”.


Caracas, Marzo de 2013