Guardería
La pequeña Dulce, que apenas llegaba al mesón de la cocina, se trepó en un
banco. Con la ayuda de Saúl y Laura, contemporáneos suyos y compañeros desde su
primer año de vida en aquel lugar, aliñó cada trozo de carne y, con gran
esmero, los tres fueron preparando la parrilla. ¡Celebraban el día de las
madres! Y por ellas no querían descuidar ningún detalle. La mesa estuvo puesta
y, entre trago y trago de “Bloody Mary”, madres y padres estaban entonados y
“sabrositos”; tanto, que apenas notaron la ausencia de la dueña de la guardería
improvisada en aquella casa, Marla, la anfitriona y supuesta organizadora de la
fiesta, ni la de sus dos hijos. Todos comieron y tomaron a gusto... casi al
amanecer se fue dispersando la masa de comensales y la casa quedó sola...
Tres días después, el titula de la prensa reseñana a página completa “PARRILLA
MACABRA". Tres menores asesinan a su cuidadora y la sirven asada a sus padres.
Llama poderosamente la atención que ni la sangre de la nana maltratadora fue
desperdiciada: ¡la usaron para preparar la receta el famoso coctel “Bloody
Mary” que sirvió para entonar la fiesta!; uno de los chicos la habría tomado de
un viejo recetario de niñera. Las botellas de licor las guardaba Marla bajo su
cama y en las tardes se daba sus “guamazos”, antes de emprenderla contra los
chicos a insultos y golpes.”
Dulce, Saúl y Laura, son atendidos por un equipo multidisciplinario. Lo único
que notan es que sus calificaciones han subido, son más sociables y su peso ha
mejorado notoriamente.
P.S.: Es uno de los miles escenarios que me he planteado ante algo que veo y
oigo TODOS LOS DÍAS