sábado, 13 de abril de 2013

EL PERFIL DEL DOCENTE: ¡SER APENAS OTRA ALMA HUMANA!


EL PERFIL DEL DOCENTE: ¡SER APENAS OTRA ALMA HUMANA!

por Osiris Bocaney (Notas) el Martes, 2 de abril de 2013 a la(s) 19:26

Todo tiempo pasado fue mejor, tal pareciera ser el pensamiento fijo y recurrente que acude a la mente de los docentes de aula y especialistas de Educación Especial que en los momentos actuales hacen vida en el Sistema Educativo Bolivariano.  ¿La razón?, ¡una simpleza!: la reformulación de todo lo que concierne a la especialidad antes citada, la desaparición (por fusión, traslado o simple eliminación) de unidades que, si bien es cierto no tenían una funcionalidad y efectividad del cien por ciento, servían de apoyo a la labor tan ardua de atender a la población de estudiantes con necesidades especiales de atención, promoviendo su integración en el aula y la posterior inclusión en todo cuanto conforma el sistema de convivencia escolar.  Y es que, en ese tiempo pasado, no había la posibilidad real de una atención a tiempo completo de nuestros niños y niñas con necesidades especiales de atención, pero ya se había logrado cierta articulación que, de cara a la reforma propuesta, se pierde y no tiene solución de continuidad, no sólo por lo relativamente espasmódica de la decisión, sino que al llevar a cabo la reforma que ya está en marcha se han dejado de lado ciertos elementos de carácter operativo, estructural y pedagógico que efectivamente harán muy cuesta arriba la aplicación del cambio propuesto.

Uno de los primeros bemoles que se plantean en la orquestación de este cambio lo reviste la falta de una población suficiente de especialistas que pase a suplir el rol de auxiliar en cada aula, dando soporte a la labor realizada por el docente integral o de educación inicial.  De igual forma, se puede mencionar una total falta de articulación entre los subsistemas, lo que no permite una programación pedagógica congruente y efectiva que garantice los derechos a una educación de calidad –y en la diversidad- de nuestros educandos.

Aunado a lo anterior se halla el hecho de que nuestros docentes, mejorando lo presente y sin ánimos de ofender al gremio, no cuentan con una capacitación que realmente les habilite para la planificación de actividades de integración e inclusión de nuestra población estudiantil con necesidades especiales de atención, no digamos ya la posibilidad real –por número de estudiantes y capacidad física de la infraestructura- de albergar en un mismo espacio a una diversidad de personas ya de por sí demandantes, por su grupo etario y sus necesidades de aprendizaje en circunstancias “normales”; entendiendo por “norma” lo que hasta el momento venía teniendo lugar en nuestras escuelas e instituciones de educación especial y no haciendo –para nada- referencia a las características diversas de nuestros estudiantes.
Ante el escenario anterior habrá quien alegue la tan consabida resistencia al cambio que siempre suele presentarse y que probablemente sea la excusa más simple para no prestar atención a estas observaciones.  Sin embargo, me permito señalar que una de las causas de la resistencia al cambio tiene su raíz en el desconocimiento, elemento que en la actualidad, a pesar de haberse activado algunos mecanismos para dar a conocer la propuesta de reestructuración, es un denominador común entre propios y ajenos, incluyendo entre los primeros a los propios educandos y sus familiares.  Otro punto importante de destacar es que, aparte de ese desconocimiento acerca de la forma como se operacionalizará el cambio propuesto, no se han habilitado de manera correcta los espacios de los que se dispone y se ha recurrido, como ya es costumbre en el país, a renombrar o rebautizar con siglas y demás aparatos lo que hasta ahora ha existido, en una suerte de sincretismo que no luce totalmente claro para los principales actores del sistema educativo y que aún produce no sólo dudas sino también incertidumbre.

Ante este panorama, cabe preguntarse, desde la responsabilidad personal y desde el compromiso con esta hermosa profesión: “¿Y yo, qué pito toco en todo este maremágnum?, ¿cómo me inserto en el cambio, sin ser un simple borrego, pero sin ser tampoco piedra de tranca?”… surge en este punto la necesidad de la autorrenovación del perfil profesional, de una perspectiva del enfoque del ejercicio docente totalmente holística, más integradora y menos parcelada que lo que hemos venido haciendo.  Nace, también la necesidad de redefinirnos como docentes, generando –a motu propio, de oficio y casi que ad honorem- toda una serie de nuevas competencias vinculadas a esa nueva interacción que tendrá lugar puertas adentro de nuestras aulas.  Deberemos convertirnos en el docente combativo que plantea Freyre, pero también en el docente mediador que propone Vigotsky, consciente de una realidad totalmente dialéctica pero muy poco dialógica, porque nos presenta retos y contradicciones para enfrentar en el día a día, pero muy pocas oportunidades de ser escuchados desde la posibilidad y la verdad de que somos quienes directamente llevaremos a cuesta la mayor carga de la reforma propuesta desde la punta de esa Torre de Babel que hoy se nos antoja el Ministerio del Poder Popular para la Educación.  Otro aspecto que deberá incorporarse en el perfil del docente, será la capacidad de diálogo, la necesidad de comprensión e inclusión real de la alteridad y una creatividad sin medida para sortear los bien difíciles retos que por ahora se perfilan.  Para sumar un poco más a la receta del nuevo perfil, deberemos incluir la capacidad de consenso y la actualización en materia de educación especial en cuanto concierne a las conceptualizaciones básicas, que ya de por sí son un bache en muchos de nosotros, planificación integradora e inclusiva, aprendizaje significativo –desde la significatividad de los estudiantes y no sólo del docente- y estrategias didácticas actualizadas y flexibles, toda vez que permitan su adaptación a la gran diversidad funcional y cognitiva que se nos ha de poner en el horizonte de logros por obtener.

De cara a lo anterior, surge también el reto de una actualización del docente de educación especial y un mayor reto, por cuanto deberá trabajar de manera integrada en las aulas, saliendo de lo que hasta ahora para muchos era una “parcela personal”.  De igual forma, ese enfoque amplio, consensuador y dialógico deberá ser extensivo a las familias, donde probablemente la resistencia al cambio será mayor, llegando a generar incluso altos niveles de deserción por no estar de acuerdo o no comprender las dimensiones del cambio que se les propone.  Es aquí donde entra el mayor reto para el perfil de ambos docentes: la comunicación y la empatía para –a lo mejor no creyendo por completo en la propuesta- lograr que nuestros niños y niñas se mantengan escolarizados y los índices de deserción por temor sean mínimos.  Habrá necesidad, para ello, de mucha paciencia, actitud de escucha activa y, por sobre todas las cosas, calidad humana para entender esas necesidades y, salvando las nuestras, tratar de seguir con esta labor tan humana y maravillosa como es la del docente.

Para finalizar, creo que debo cerrar diciendo que, si bien es cierto que comencé con una frase considerada para muchas personas como retrógrada, también es cierto que esa frase puede cobrar validez, dependiendo del cristal con que se mire la situación objeto de estudio y de los factores que la circundan.  La frase en sí misma puede ser inofensiva o puede asomar el riesgo que todos corremos de encerrarnos en la cápsula del tiempo pasado y por ello negarnos a atender a nuestros “pollos” dentro del corral que nos toque (perdón por la metáfora, pero es la que más me agrada para hacer referencia a nuestros estudiantes).  Dije que finalizaba, lo hago con una cita de Carl Jung que, a mi modo de ver, rebate lo retrógrado del adagio popular con el que comencé este ensayo y resume, limpiamente, las características del perfil docente de cara a esta reforma y al ejercicio mismo de cualquier profesión: “Conozca todas las teorías.  Domine todas las técnicas pero, al tocar un alma humana, sea apenas otra alma humana”.


Caracas, Marzo de 2013





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu trazo, comenta: