Post-mortem
Al filo de la medianoche, un espeluznante alarido rompió el
silencio. Pareció salir de la entrañas mismas de la tierra. Todos corrieron
espantados, buscando apoyo en el compañero o la vecina más cercana. De pronto,
reinó el silencio nuevamente y una tensa se apoderó de dolientes y allegados.
Solo al momento de la novena, frente a las gotas de lágrima que aún se
empozaban en sus hundidos cuencos y el extraño vapor en el vidrio del féretro,
comprendieron la naturaleza de aquel grito. Y lloraron su muerte post-mortem.
P.S.: La imagen fue tomada de
http://elclubdelos7miedos.files.wordpress.com/2012/03/valdemar.jpg?w=226&h=300
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu trazo, comenta: