Soliloquio Virtual I
Amaneció nublado (me gusta
así). Me provoca tomar café (no soy
"cafecera"), un "teterito":
un poquitín de café muy oscuro y una buena pinta de leche muy cremosa,
¡leche con café, pues! No creo que me lo
tome, por lo de la leche. Creo que mejor
me quedaré una rato más dormitando junto a la ventana, disfrutando de la brisa
fresca y tratando de recordar si anoche vino el personaje que me
inventaste. Amanecí cansada y sin
recuerdos. Ha de haber sido él (a algo
hay que aferrarse para evadir algunos males).
Sí, un café estaría bien; ¡y unas galletas de mantequilla! Las hago en un tris, con ralladura de limón,
¿sabes? Creo que a ese personaje habrá
que ponerle un nombre. No porque exista,
que existe desde el momento que le hemos dado espacio en la conversación, sino
por comodidad. Sí un nombre, para
contarte con quién tomé ese café en mis fantasías y a qué le supieron las
galletas que nunca pude comer.
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